Hay momentos felices de mi vida que me acompañarán eternamente y otros que
quisiera borrar para siempre. Dado el caracter autobiográfico de mi libro, he
decidido compartir algunas fotografías que en tiempos de oscuridad me
recordaban el poder sanador del amor en familia y la firme voluntad que me
permitió conquistar objetivos personales y profesionales que han hecho de mí la
mujer que soy.
Pero esta galería de imágenes no estaría completa si no incluyera las fotografías
que demuestran de forma incuestionable la violencia física de la que fui víctima durante tantos años. No ha sido fácil tomar la decisión de exponer públicamente
aquellas escenas que, al verlas hoy, aún me lastiman, que todavía hieren a mis hijos
y a mis afectos más cercanos, aquellos que solo pudieron entender la magnitud de
la crueldad que viví cuando observaron atónitos el registro visual de lo que había
ocurrido.
De esta forma, dejo a disposición de los lectores estas 58 imágenes que conforman
las luces y las sombras de mi historia, que espero motive a otras víctimas de la
violencia doméstica a rebelarse contra el maltrato físico y psicológico antes de que
sea demasiado tarde.